Una de las más recordadas series que leímos en la revista Mampato fue la serie protagonizada por un adolescente bretón de nombre Corentin. Aunque sólo se publicaron cuatro de sus historias, es una de las más recordadas por haber sido publicada en la primera época de la revista, aquella en que el director era aún Eduardo Armstrong y la revista logró su mejor etapa. Probablemente nunca sabremos si este último gestionó con la editorial Le Lombard, de Bélgica, los derechos para su publicación en la revista chilena o si se trató más bien de una utilización de facto de material que llegó a sus manos. Yo más bien creo que fue lo primero, aunque como nunca se indicaba quiénes eran los autores de las series europeas que publicaba Mampato, entiendo que muchos piensen que era un uso no autorizado. Como haya sido, debemos agradecer a Armstrong y a la revista que creó por habernos permitido conocer y disfrutar de una de las mejores expresiones del noveno arte.
Paul Cuvelier (1923-1978) fue el genial dibujante belga que creó a Corentin Feldoë, un adolescente huérfano, de origen bretón, que en el siglo XVIII escapa del maltrato de su tutor y llega en un navío hasta India. Es en uno de los reinos de ese mítico país donde se desenvuelven las aventuras del rubio bretón y su amigo indio Kim. No obstante, en esta aventura de "El puñal mágico", Corentin y Kim vuelven a Europa.
Además de la calidad del guión, esta serie es una joya por la calidad de Cuvelier como dibujante. Basta con mirar detenidamente cualquiera de las viñetas de los álbumes de Corentin. Paul Cuvelier es tan buen dibujante que no sólo domina a la perfección la figura humana sino que además es capaz de dibujar muy bien los distintos fenotipos de los pueblos de esa región del mundo. Y eso no es algo que cualquier dibujante pueda hacer.
Yo tengo la edición integral de Corentin, que Le Lombard publicó en dos tomos hace unos años. Sin embargo, la calidad de la edición que conocimos en Mampato, y que es la que apareció también originalmente en la revista Tintin, no pudo ser superada. El buen uso del color es algo que la reedición del integral no fue capaz de superar. Lo mismo puedo decir de la resolución de las planchas. Tampoco en eso la reedición supera a la de las revistas Mampato, Tintin y a la de las primeras ediciones de los álbumes individuales de Corentin, los que se encuentran, lamentablemente, agotados desde hace muchos años.
Por estas razones es que me pareció que había que contar con una edición en alta resolución de esta extraordinaria serie. Comienzo con esta aventura, la tercera que publicó Mampato pero que corresponde a la cuarta de las historias. Data de 1963 y aún mantiene aquello que la hizo tan atractiva para quienes la leyeron siendo niños. Esta reedición digital espera estar a la altura de la extraordinaria edición digital que preparó Fran Solo para la Biblioteca Mampato Bicentenario. Espero que la disfruten.